William Dexter Brown nació en una familia de clase media de Boston. Su padre era un funcionario de bajo nivel en el ayuntamiento y su madre ama de casa.
Fue el segundo hijo de la pareja y siempre ha estado sobreprotegido por su madre, actitud que se acentuó con la prematura muerte de su hermano mayor. Esto sumado a una fragil salud, hizo que pasase la mayor parte de su niñez a solas en su habitación ocupando su tiempo devorando libros de aventuras y misterio.
Estudiante brillante, logró cumplir el sueño de su padre y licenciarse en derecho. Tras la universidad comenzó a trabajar como pasante para el abogado Louis Huissmann, antiguo amigo de la familia, pero aunque cumplía obedientemente con su labor en el despacho su gran pasión era las novelas pulp que leía con avidez todos los días al volver a casa.
En secreto soñaba con convertirse en uno de los detectives protagonistas de sus novelas. La oportunidad de cumplir su sueño se le presento un día en la que su jefe se había ausentado y la señorita Clara Meyer, una cliente de Huissmann se presentó en el despacho sollozando.
Su novio Steve había desaparecido y desesperada había acudido a hablar con Huissmann y única persona de confianza que conocía en Boston. Tras escuchar la historia Billy, haciendo frente a su timidez, se ofreció a ayudarla.
Durante la siguiente semana, guiándose por los trucos aprendidos de los heroes de sus libros, buscó al desaparecido Steve para llegar al amargo descubrimiento de que esté se había escapado con una amante.
Mientras le contaba el resultado de sus pesquisas a la desconsolada Clara, Billy se dio cuenta de dos cosas: que esta semana había sido la más emocionante de su vida y que estaba perdidamente enamorado de aquella jovencita.
Después de Clara llegaron más clientes a los que Billy también ofreció sus servicios como detective de forma exitosa pero como no podía ser de otro modo Huissmann acabo descubriéndolo todo.
Billy estaba seguro de que el abogado le despediría pero a pesar de que tuvo que aguantar una dura reprimenda Huissmann tras hablar con algunos de los "clientes" de Billy se dio cuenta de que el muchacho tenía un talento natural para la investigación. El anciano Huissmann le propuso un trato: No le diría nada a sus padres, le prestaría un poco dinero para alquilar una oficina y le pasaría algunos clientes a cambio de parte de los beneficios.
Billy no podía creerselo le dio un entusiasta abrazo al abogado y salió con una sonrisa de oreja a oreja del despacho. La vida le sonreía iba a ser un verdadero detective.
Por otro lado aún no se ha sincerado con Clara pero ya se han hecho buenos amigos y suelen comer juntos cuando va a visitarla a la biblioteca y allí comentan sus casos. Espera no tardar mucho en confesarle el sentimiento que cada día crece en su corazón.
Billy es ahora un inexperto pero entregado detective, vive en un pequeño cuarto pegado asu oficina y algún día sueña con recopilar sus aventuras en una de esas novelas que le siguen apasionando.
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