"La cubierta de observación estaba iluminada por el resplandor azulado del gigante gaseoso que se encontraba bajo la nave. Palmira, desde la órbita, impresionaba tanto por su intensa belleza como por las salvajes tormentas del tamaño de continentes que azotaban su volátil atmósfera. Sin embargo, su destino no estaba en el planeta, o al menos no en su superficie, inaccesible para cualquier navío de construcción humana.

Durante siglos los gases que formaban el planeta habían sido explotados por las refinerías instaladas por el Mechanicum en órbita. Inmensas plataformas orbitales recogían sin cesar las emanaciones de la atmósfera y las procesaban hasta conseguir combustible para los reactores de plasma de la flota imperial. Era en una de estas plataformas donde se encontraba el destino del grupo de astartes que ahora observaba el planeta desde la lejanía.

La plataforma orbital RD.435-F había sido una de las plantas más productivas del planeta, hasta que su actividad había cesado repentinamente unos meses atrás. Lo que podría haber sido un hecho significativo pero aislado, se extendió a todo el planeta en las siguientes semanas. Una a una, el resto de plataformas habían quedado en silencio también, comprometiendo así el reabastecimiento energético de toda la flota del sistema.

Las investigaciones posteriores no habían aportado mucha luz sobre el asunto. Las comunicaciones subespaciales y astropáticas con el planeta parecían cortadas, y los equipos de salvamento enviados habían desaparecido sin llegar aportar nuevos informes. Sin embargo un golpe de suerte había proporcionado una pista sobre la posible causa de este silencio.

Entre el ruido blanco que se obtenía como única respuesta al centrar los receptores de largo alcance en el planeta apareció súbitamente una imagen. Esta se encontraba encriptada entre un abigarrado pulso de código corrupto, pero los infocitos inquisitoriales fueron capaces de descifrarla. Procedente de uno los servocráneos que habían acompañado a las expediciones desaparecidas, parecía corresponder con una lectura de especial importancia recogida sobre el terreno, una pictografía de alguna especie de símbolo heráldico.
Pictografía enviada por el servo-cráneo 23.NC.2
Pocos en el Imperio serían capaces de reconocer este símbolo, pero afortunadamente su existencia llegó a los oídos adecuados. El Ordo Xenos no tardó en identificar la amenaza como un grupo de infiltración alienígena conocido como los Cultos Genestealer, y mucho menos en poner en marcha su maquinaria de guerra.

La amenaza de estos cultos era más que conocida por el Ordo, y no fue menospreciada. El alto impacto logrado en Palmira indicaba un grado de infiltración en las subestructuras del planeta que descartaba la posibilidad de una rehabilitación de la población superviviente, pero el gigante gaseoso era demasiado vital para el sistema como para ser destruido sin más.

Las lecturas preliminares realizadas sobre las plataformas de extracción gaseosa ofrecieron datos de lo más llamativos. En los meses transcurridos desde el apagón de las comunicaciones del planeta las diferentes plataformas parecían haber sido fusionadas, o al menos unidas de algún modo, y en su interior aparecían señales biológicas humanas hacinadas en grupos compactos que sugerían la presencia de rehenes, algo que no parecía corresponder con el modus operandi habitual de los Cultos Genestealer.

Fue de hecho uno de estos grupos rehenes lo que otorgó al Ordo la posibilidad de actuar finalmente.

Hasta la fecha las investigaciones de la Inquisición habían conseguido remontarse hasta el inicio de la desconexión de la plataforma RD.435-F. Esta se había precedido de lo que sólo podía ser clasificado como un pico energético de naturaleza desconocida trasmitido a través de las redes noosféricas del planeta, y había tenido su origen en dicha plataforma. La repentina descarga energética había producido la inmediata muerte de todos los adeptos del culto de Marte destinados en Palmira, lo que sin duda había abonado el terreno para la subsecuente conquista del planeta. Sin embargo no se podía disponer de datos más exactos sobre el origen o la naturaleza de este pico energético, dado que los circuitos de memoria de todos los magos recuperados se encontraban dañados más allá de cualquier tipo recuperación.

El misterio parecía no tener solución, pero era necesario encontrarla, pues si el enemigo contaba con un arma desconocida, cualquier tipo de acción a gran escala correría el riesgo de un fracaso estrepitoso.

El Emperador Protege, aunque sus actos en muchas ocasiones son misteriosos. Así, gracias sin duda a la intercesión del Dios de la Humanidad, los infocitos del Ordo Xenos hallaron la que podía ser la clave para obtener las respuestas necesarias. Entre uno de los grupos de rehenes existentes en las plataformas se consiguió localizar la biosignatura de uno de los servidores personales del Magos Xalit-Deran, uno de los adeptos de más alto rango de Palmira. Estos autómatas monotarea se encontraban directamente conectados con el neocortex de su amo, y servían fundamentalmente como bancos de datos y relees de información neural empleados por el Magos para acelerar sus procesos cognitivos. Esto, unido al hecho de que el cortex del servidor no se hubiese fundido, otorgaba la esperanza de encontrar información útil en sus bancos de memoria. Con un poco de suerte podrían haber registrado la naturaleza del pulso de energía.

La misión de recuperar al servidor y descubrir lo que estaba ocurriendo en Palmira solo podía ser realizada por los mayores guerreros de la humanidad, los ángeles de la muerte del Adeptus Astartes. Así, el Ordo Xenos no tardó en movilizar un equipo de incursión de su brazo armado, la Deathwatch."

Hace bien poco descubrí  la reglas mejoradas de Kill Teams que se pueden encontrar en la página Heralds of Ruin. Me llevé una muy grata sorpresa al leerlas ya que son una actualización genial de las típicas reglas de escaramuzas de GW implementando cosas de la 7ª edición de WH40K. Tenía muchas ganas de probarlas en alguna partida pequeña con una misión narrativa, pero otro descubrimiento nos hizo ir un paso más allá.

La gente de MiniWarGaming jugó hace no mucho una genial campaña narrativa usando estas reglas y basada en la Deathwatch. En ella se introducía la figura de un máster, convirtiendo el juego en algo intermedio entre un juego de rol y un wargame, y permitiendo la posibilidad de hacer cualquier tipo de escenario o misión si preocuparse por el equilibrio entre contrincantes. Por si esto fuera poco, en su página proporcionan unas reglas adicionales para hacer pequeños equipos de la Deathwatch que se comporten como auténticos marines de leyenda, dándoles mayor supervivencia y convirtiendo el juego en algo realmente épico. Estas reglas se pueden descargar en el siguiente enlace: Deathwatch Rules.

Para la misión en Palmira, Fada reclutó un equipo de 5 Astartes:

- Capellán Astrario: Capellán de los Ultramarines, líder del equipo de incursión. Equipado con una voluminosa armadura táctica modelo Dreadnought y los símbolos de su cargo.
- Hermano Hermes: Apothecario de los Guanteletes del Infinito equipado con pistola bólter y espada sierra.
- Hermano Cairo: Veterano de la Guardia del Cuervo, equipado con un propulsor de salto y armado con un par de cuchillas relámpago.
- Hermano Baikal: Veterano de los Manos de Hierro armado con un combi-fusión.
- Hermano Sven: Veterano de los Lobos Espaciales.

La misión para este grupo de héroes estaba clara, pero no por ello era sencilla. Sus objetivos eran dos: El principal, localizar al servidor superviviente entre los rehenes y devolverlo intacto al centro de mando para su estudio. En este proceso era esperable encontrar otros supervivientes, que deberían ser rescatados en la medida de las posibilidades y siempre que esto no afectase al objetivo principal de la misión. En segundo lugar los Astartes debían crear un cebo para atraer al líder de la progenie dominante. Los Magos Biologis adscritos al Ordo habían informado de la existencia de una conexión psíquica entre las larvas de estas criaturas y su líder. De esto modo si las salas de incubación eran destruidas, el grito psíquico de los retoños al morir se esperaba que atrajese al líder para su exterminación.

Como comentaba, esta sería una misión narrativa en la que yo actuaría como máster e introduciría el grado de amenaza que creyese conveniente para hacer la partida interesante y, sobretodo, dramática. Sin embargo quise elaborar unas reglas sobre las que ir trabajando y que sirviesen de sustento para la misión:

- La llamada de la bestia: Tres de las salas de la zona de juego figuraban en mi mapa como salas de crías, llenas de huevos. La idea era que si un Astartes presente en una de estas salas empleaba su fase de disparo en acabar con los huevos (para lo cual evidentemente no podía estar trabado en combate) estos serían automáticamente destruidos. A partir de ese momento yo lanzaría un dado al inicio de cada uno de mis turnos, sumando +1 por cada sala de cría destruida, y con un resultado de 7+ el Líder de Progenie aparecería en escena desde la reserva.

- Cogitadores: El sistema noosférico de la plataforma se encontraba destruido, y los sistemas informáticos repletos de código corrupto, lo que haría difícil manejar las consolas de los cogitadores para obtener ventajas. Así, una miniatura que emplease su fase de disparo en ello, podría tratar de usar un cogitador, para lo que lanzaría 1d6: 

* Con un resultado de 1 el máster podría declarar una de las puertas como bloqueada (obligando a que fuese destruida para poder abrirla) o bien abrir una puerta a su elección. 
* Un resultado de 2-5 permitiría al jugador hacer esto mismo con 1d3 puertas. 
* Un resultado de 6 no solo permitiría lo anterior, si no que además daría acceso al jugador a los sistemas de circulación de gases presentes en toda la estructura. 

Esto haría que en los próximos intentos de utilizar un cogitador el jugador pudiese decidir entre tratar de manejar las puertas o bien abrir las válvulas de escape de los sistemas de gases para así asfixiar al enemigo:

* Con un resultado de 1 el máster podría colocar una plantilla pequeña en cualquier punto del tablero, dispersándola de la forma habitual. Esta plantilla causaría impacto de F1, FP- con las reglas Envenenado 3+ y Acerado.
* Un resultado de 2-6 permitiría al jugador hacer esto mismo en un punto a su elección

Además, cualquier resultado posterior de 6 permitiría al jugador acceder a sistemas de memoria más completos, lo que haría que el máster fuese otorgando información importante para la misión (situación de las salas de cría, situación de los rehenes,...)

- Disparos perdidos: Los sistemas de conducción de gases que circulan por todas las paredes de la plataforma hacen especialmente peligroso disparar armas de gran calibre. Así, siempre que se disparase un arma de F7 o superior y se fallase el tiro, se debería colocar una plantilla pequeña  sobre el objetivo del disparo, o sobre la miniatura que había efectuado el disparo en caso de haber obtenido un 1 en la tirada para impactar. Esta plantilla sería de las mismas características que la obtenida al liberar gases mediante los cogitadores, y siempre se dispersaría (empleando la flecha pequeña del símbolo del punto de mira en caso de obtener un "hit").

- Depósitos de Promethio: Repartidos por la plataforma habría varios depósitos de combustible que se podrían hacer explotar. Estos depósitos tendría un blindaje de 11 y explotarían con hacerles un impacto superficial. Su explosión tendría un radio de 1d6 con F1d6+3 y FP1d6.

Con todo esto en mente, y alguna pequeña sorpresa en la manga, dimos comienzo a la misión:

El interior de la plataforma orbital RD.435-F

"Con el Hermano Astrario a la cabeza, el grupo de incursión se acercó a las grandes puertas blindadas, en las que se podía ver grabado el águila de dos cabezas símbolo del poder imperial. Sin dudarlo dos veces el capellán  empujó las pesadas hojas de la puerta y los astartes accedieron al interior de la plataforma. Este se encontraba en penumbra, fruto de una evidente falta energía en los sistemas de iluminación, aunque esto no suponía un problema para la visión mejorada de los marines, mejorada además por los sistemas de sus armaduras.

"Seguidme hermanos, el Emperador Protege"
Nada más irrumpir en la plataforma los astartes se encontraron frente a frente con tres operarios que mostraban en sus cabezas y pieles los signos inconfundibles de la mutación. Sin esfuerzo eliminaron a los primeros enemigos antes de que estos pudiesen reaccionar, pero el estruendo de sus armas bólter puso sobre aviso a nuevos enemigos, que convergieron hacia su posición.

Los primeros enemigos son eliminados, pero esto revela la posición de los Astartes
Los enloquecidos operarios de la plataforma aparecieron entre los pasillos y descargaron sus armas contra los Astartes. Pero el bajo calibre de estas, y el miedo que atenazaba a los cultistas, libró a los marines de todo mal. Tres de los enemigos, sin mostrar aprecio por sus propias vidas, se lanzaron sobre Sven, rodeándole. 

Las otras tres criaturas que había aparecido mostraban un nivel de mutación mucho mayor, contando con múltiples extremidades y con sus horribles caras muy alejadas de la humanidad. Viendo estas aberraciones con horror, Cairo conectó su propulsor y cayó sobre ellos despedazándolos con las cuchillas que surgían de sus guanteletes. Aunque uno de aquellos malditos se las arregló para herir al Guardia del Cuervo.


Cairo despedaza cultistas con sus garras
Más enemigos convergían en la zona a través de los pasillos que estaban frente a los Astartes, por lo que estos decidieron encaminarse la sala de cogitación central para acceder a los sistemas  de la plataforma. La puerta de la sala de control se abrió con un siseo cuando se dirigían hacia ella, y por la abertura surgieron nuevos cultistas que rociaron a los marines con su fuego inefectivo. Mofándose de la inutilidad de sus enemigos Astrario encabezó la carga, destrozando a los cultistas con su Crozius y dejando vía libre hasta el único cogitador operativo de la sala. El propio capellán accedió a los sistemas del cogitador, consiguiendo bloquear la otra puerta de la sala y logrando acceso a las válvulas de liberación de gases que cubrían las paredes.

Los cultistas tratan de defender la sala de control...
...pero Astrario los supera y accede al cogitador
Hasta ahora habían encontrado escasa resistencia, pero aun no habían logrado ninguno de sus objetivos, y los Auspex mostraban cada vez más contactos en las proximidades. A una orden de su líder el equipo se posicionó para emboscar a los enemigos que se aproximaban, con Cairo fundiéndose ente las sombras como un cazador solitario.

Los Astartes se posicionan para rechazar al enemigo
Sin embargo los enemigos comenzaban a mostrar una mayor inteligencia y nivel de coordinación. Parecían conscientes de que acercarse a la sala tomada por la Deathwatch sería un suicidio y se limitaron a protegerse tras cobertura la espera de que estos salieran. Sin duda se encontraban dirigidos por uno de sus apestosos líderes, pues este gritaba bravuconadas desde la protección de las barricadas, incitando a los Astartes a atacar. O tal vez era otra su intención...

Súbitamente la compuerta a las espaldas de Cairo se abrió y varios de esos seres mutados aparecieron a su través, arrojándose sobre el marine mientras lanzaban enloquecidos zarpazos en el aire. Sus garras resultaron estar hechas de un material mucho mas duro y afilado que el marfil, y penetraron con facilidad la servoarmadura de Cairo, hiriéndole de gravedad

Los hibridos rodean a Cairo y le laceran con sus garras
Viendo a su hermano en problemas Hermes y Sven se sumaron al combate, despedazando a los híbridos si piedad, aunque cuando estaban a punto de llegar hasta Cairo, una de las garras perforó de nuevo la placa pectoral de su armadura y el Guardia del Cuervo cayó mientras escupía grandes cantidades de sangre a través de la rejilla de respiración de su yelmo.

Cairo cae a pesar de la ayuda de hermes y Sven
En un instante los pasillos de la plataforma se convirtieron en un caótico infierno. Astrario y Baikal cruzaron su fuego contra los cultistas, que consiguieron herir a ambos antes de ser eliminados, y cuyo líder puso pies en polvorosa, llamando desesperadamente a nuevos refuerzos mientras salvaba cobardemente su patética vida. Por su parte el Apothecario y el Lobo Espacial vengaron a su compañero caído, pero sus servoarmaduras mostraban innumerables cortes de los que ya comenzaba a surgir la sangre rica en nutrientes y componentes químicos de los Astartes.


Los Astartes se deshacen de sus enemigos a un alto coste
Mientras tanto una nueva amenaza acecha en los conductos de ventilación
Tras rechazar finalmente a los híbridos, el equipo de la Deathwatch vio su ruta bloqueada por una creciente masa de cultistas que amenazaban con aplastarlos bajo el peso de su superioridad numérica. Consciente de ello, Astrario dirigió a sus hombres de nuevo hacia la sala de control, tratando de buscar una ruta alternativa, mientras cerraban las puerta a sus espaldas, bloqueándola gracias al uso del cogitador. Instantes después de que quedase bloqueada, un ruido de hueso rasgando el metal les llegó desde el otro lado de la puerta. Alguien, o más bien algo, estaba perforando el acero con sus manos.

Los marines comienzan a verse rodeados...
...y se encierran en la sala de control mientras una nueva amenaza trata de entrar
Los miembros del culto se organizaron para derribar la puerta que daba acceso a la sala de control, pero su falta de pericia con los cortadores láser que portaban produjo varios escapes de gas que acabaron con muchos de ellos. Mientras tanto los Astartes atravesaban la sala de control para salir por la puerta opuesta, convenientemente desbloqueada gracias al cogitador. Nada más salir se encontraron con nuevos enemigos, pero terminaron con ellos sin dificultad.

Entonces, con una estruendosa explosión de acero fundido, la compuerta por la que habían entrado de abrió y entre sus restos penetró la criatura que había estado tratando de entrar. Un genestealer les pisaba los talones.

Los Astartes cruzan la sala de control perseguidos por un genestealer
Conscientes de que el enemigo se les echaba encima Sven y Baikal cerraron filas, bloqueando la puerta de salida de la sala de control mientras Astrario y Hermes exploraban las salas cercanas en busca de supervivientes. El Mano de Hierro y el Lobo Espacial lucharon valientemente contra las oleadas de enemigos, eliminando al genestealer y a cuantos cultistas se les echaron encima, pero comenzaron a notar el esfuerzo y cada vez más ataques conseguían penetrar sus servoarmaduras.

La fortuna quiso que un grupo de rehenes fuese localizado en una sala cercana. Este pequeño grupo constaba de tes hombres, una mujer y un servidor, al cual identificaron como el objetivo de su misión. Sin embargo el Hermano Astrario percibió algo extraño. Cuando la mujer se le aproximó sintió un inexplicable desprecio por ella. Algo en la mujer estaba mal, aunque no sabía qué era.

Los Astartes comenzaron a  evacuar a los rehenes de la sala, dejando al servidor en último lugar. Cuando los humanos se encontraban en el pasillo camino de la libertad el bólter de asalto de Astrario comenzó a bramar, y sus cuerpos se convirtieron en amasijos ensangrentados de carne y vísceras cuando a munición explosiva se activó en su interior. El Capellán no estaba dispuesto a dejar cabos sueltos y los había exterminado.

El Capellán ejecuta a los rehenes
En el instante en que la mujer cayó muerta un bramido desgarrador se extendió por toda la plataforma. Una criatura de gran poder había respondido a la llamada, el Líder de la Progenie Genestealer estaba en camino.

De algún modo la muerte de la mujer atrae al Líder de Progenie
Consciente de la amenaza que se cernía sobre ellos el hermano Astrario dio la orden de retirada. Sin embargo, aunque Baikal consiguió librarse de sus enemigos y unirse a sus hermanos Sven se encontraba rodeado de enemigos, a los que exterminaba cuerpo a cuerpo, pero que no le permitían avanzar. Mirando directamente a su capellán el Lobo Espacial negó con la cabeza, no necesitaba ayuda, nadie podía ayudarle. 

Grabando a fuego en su memoria el sacrificio de su hermano, el capellán lideró el avance hacia la salida, tratando de encontrar la ruta más corta, pero cuando ya alcanzaban su destino una figura apareció tras las sombras de la última esquina.


Sven se sacrifica para cubrir la retirada de sus hermanos...
...que escoltan al servidor hacia la salida...
...cuando una figura terrorífica hace acto de aparición
Sin dudarlo ni por un instante Astrario se lanzó contra el líder enemigo profiriendo alabanzas al Emeperador mientras hacía girar violentamente su Crozius. El capellán se encontraba ya malherido tras la dura batalla, y aunque  hirió de gravedad al enorme xenos este atravesó su armadura, dejando al capellán al borde de su resistencia.


Astrario lucha con el líder cubriendo la retirada de sus hermanos
Hermes y Baikal ya se encontraban a un paso de la salida, pero no podían dejar a su capellán atrás, y vacilaron en sumarse a al refriega. Sin embargo cuando se disponían a cargar para salvar la vida del malherido Astrario este, haciendo acopio de las últimas fuerzas que le quedaban, descargó un poderoso golpe sobre el cráneo del alienígena, destrozándolo y aplastando su cuerpo muerto contra el suelo.


Astrario acaba con el Líder de progenie
Dos hermanos habían caído y la misión había estado al borde del fracaso, pero lo habían conseguido. Pronto se encontraron a bordo de su crucero, donde una rápida lobotomía practicada al servidor para extraer todos sus bancos de memoria, a costa de su vida por supuesto, otorgó al Ordo Xenos una información fragmentada y críptica, aunque de gran utilidad.

Unas imágenes, unos recuerdos y sensaciones que jamás podrían haber pertenecido al servidor ni a ningún otro tripulante de la plataforma, aparecieron nítidamente en las holopantallas cuando se accedió a la memoria del servidor. 

Pudieron ver una enorme sala construida en las profundidades de la plataforma. En ella, cuatro inmensas cubetas, repletas de un viscoso líquido verduzco, emitían un ominoso resplandor verde que iluminaba desde abajo los rostros de las demacradas figuras que deambulaban por las pasarelas construidas sobre las cubetas. Pronto vieron que se trataba de operarios de la plataforma que no contaban con las mutaciones de los cultistas, si no de rehenes, conducidos por los malditos mutantes hasta el borde de la pasarela donde eran lanzados al vacío para fundirse finalmente con la masa verduzca, palpitante y fosforescente que contenían las cubetas.

De algún modo los xenos habían conseguido desplegar inmensas cantidades de energía obtenida a partir de la materia orgánica de los trabajadores de la plataforma. Cómo lo habían hecho era un misterio, pero poco importaba. Solo su destrucción libraría al Imperio de una nueva amenaza.

Finalmente hubo otro detalle que se pudo extraer de los bancos de memora. Algo que solo podría ser clasificado como un miedo, un temor visceral hacia algo o alguien, un temor procedente de la mente enjambre que se estaba adueñando de Palmira. Confusas palabras que hablaban de un vacío insoportable, una oscuridad que amenazaba su existencia. Sin duda un posible arma contra los xenos, pero solo un misterio para la Deathwatch."