“Finalmente, tras el invierno, llegó el otoño al reino de Artheldor. La nueva estación fue testigo de como las tropas del rey vampiro, que cada vez más parecía estar situándose en la cabeza de la carrera por conseguir el poder que llevaba milenios persiguiendo, cruzaban las aguas del torrente que dividía la región para comenzar el saqueo de los territorios del príncipe Altharion. Sin embargo los elfos no tardaron en salirles al paso. El propio príncipe Altharion dirigió a sus guerreros a la batalla, a lomos de su dragón, una criatura a la que había criado personalmente desde que ambos no eran más que unos cachorros, hacía ya muchos siglos. Cuando finalizó la contienda ninguno de los bandos podía reclamar la victoria, sin embargo quiso el destino que el altivo príncipe alto elfo cayera prisionero de las tropas vampíricas. Tras ser herido en batalla, los esbirros de Zertok se habían abalanzado sobre él para llevarlo a la presencia de su señor, el cual, influido por las recomendaciones de sus nigromantes, decidió sacrificar a su enemigo por medio de un intrincado ritual que duraría trece noches. Los cánticos se iniciaron y muchos otros elfos cautivos fueron sacrificados antes que el príncipe en enormes piras crematorias. Cuando los salmos alcanzaron su punto álgido y el trance de los captores era completo Altharion hizo su movimiento. Liberado de sus ataduras pronto se hizo con un arma y consiguió liberar a los pocos de sus hermanos que aun no habían perecido, juntos se abrieron paso a través de los desconcertados nigromantes y pronto pudieron alcanzar la espesura que les protegería hasta que localizaran su morada."
"Mientras tanto la ofensiva de los elfos se había seguido desarrollando en otros frentes. En las montañas tomaron sin dificultad la fortaleza enana, ya solo defendida por una escasa guarnición. Más al sur, las fuerzas de Cracia se enfrentaron con los aliados de los enanos, las tropas mercenarias imperiales que defendían la mina cercana. La batalla se mantenía en un extraño equilibrio, dando la impresión de que ningún bando podría desnivelar la balanza a su favor. Sin embargo el poder de la magia desatado por los Asur finalmente les daría la victoria. La línea humana se mantenía firme, sobretodo gracias al apoyo del enorme ingenio mecánico conocido como Tanque de Vapor. Nada que los elfos enviaran contra esta monstruosidad parecía afectar, hasta que su archimago, recitando unos versos más antiguos que el mundo, creó un inmenso vórtice de energía, una puerta al más allá que engullía todo lo que tocaba a su paso. El tanque desapareció ante los atónitos ojos de los imperiales, que tras esta enorme pérdida, carentes ya de toda moral, pronto fueron derrotados."
"La desigual lucha entre los pieles verdes y los no muertos se vio plagada de inesperados acontecimientos. Las tropas de Zertok parecían poder campar a sus anchas por los territorios del clan del Champiñón Rojo cuando fueron atacadas por los pobladores de las tribus locales, enardecidos contra el enemigo por los agentes enviado por Nevsky. Salieron al paso de las tropas del vampiro, dispuestos a frenar su avance y hacerles pagar cara su osadía. Finalmente los lugartenientes de Zertok se deshicieron de ellos con insultante facilidad, sumando más cadáveres a sus ya pobladas fuerzas. Sin embargo las copiosas fuerzas que el rey vampiro se había visto obligado a movilizar al paso al norte de las montañas, permitió a los aliados de los goblins, los Skavens del Clan Perfringes, ya recuperados tras la derrota sufrida tiempo atrás, hacerse con los túneles que, en el paso situado más al sur, contenían las vetas de mineral que tan urgentemente necesitaban."

Extracto de los Relatos Artheldianos
Atribuido a Willberg Locorrojo