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8 mar 2016

Hijos de Horus, Sexta Compañía | La Escalada de Horus


"-¿Cómo que no llegaréis al sistema a tiempo?

La voz de Maloghurst, Palafrenero del Señor de la Guerra, resonó en el puente de mando de la Ira de Horus.

-Estamos en campaña, señor. Lord Curze no nos ha dejado abandonar el sistema Jolus antes- respondió Kaere, el capitán humano al mando de la nave.

-¡No importa! La campaña de Istvaan es muy importante y harán falta todos los integrantes de la legión. ¿Dónde está Kraal?

Después del accidente en espacio Interexiano, el recién ascendido a Praetor Primus Kraal, fue enviado con la nueva compañía a su cargo a apoyar a los Amos de la Noche en una serie de conquistas en el sistema Jolus, en la otra punta de la galaxia.

-Se encuentra en una misión en tierra, señor.

-No, capitán, estoy aquí. Desde ahora me ocupo yo- dijo una voz procedente de la puerta del puente de mando.

Primus Kraal, Praetor al mando de la sexta compañía de los Hijos de Horus, se colocó junto a Kaere. Aún llevaba el equipo de combate, incluyendo su cuchilla relámpago artesanal. Su armadura estaba abollada, y llena de agujeros de bala, cortes y quemaduras.

-Ya iba siendo hora- continuó Maloghurst-. Quiero un informe completo.



-Las acciones en Jolus I han concluido ya, palafrenero. El resto es una simple operación de limpieza de la que se encargarán los Amos de la Noche. He recibido de manos del propio Sevatar el permiso de Curze para irnos, pero tardaremos alrededor de dos meses en llegar al sistema Istvaan

Tras un tiempo pensando, Maloghurst respondió:

-Solo necesitamos saber cuan fieles sois a Horus, Praetor.

-Daría mi vida por el Señor de la Guerra- dijo orgulloso Kraal-. Por él llegaría al final de las estrellas, y mas allá una vez las conquistara en su nombre. La Sexta sirve con honor a Lupercal.

-Eso está bien, Kraal. Recordad esto durante vuestro viaje. Nos reuniremos en Istvaan cuando lleguéis y os comunicaremos nuestro siguiente destino.
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Duros fueron los meses de viaje antes de llegar a Istvaan. Los informes que llegaban del sistema eran confusos y poco claros, pero todos hablaban de grandes pérdidas entre los ejércitos astartes.

Kraal estaba sentado en sus estancias personales. Había fallado a su Señor de la Guerra dos veces. Primero, no había estado en Davín, cuando cayó en batalla rozando la muerte. Ahora, había faltado en Istvaan, sea lo que sea que estuviera ocurriendo allí. Ya estaban llegando al sistema, y se prometió a si mismo compensarlo todo.

Cuando al fin llegaron al sistema, las flotas de cuatro legiones les esperaban. Un registro de voz, del propio Abbadon, el primer capitán, fue entregado a Kraal.

"Praetor, tus ordenes son dirigirte a la superficie de Istvaan III, donde te encontrarás con el Señor de la Guerra. Lo que pase ahí abajo cambiará tu vida para siempre."
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Cuando tocó tierra al bajar de su Stormbird, acompañado por su escuadra de mando, vio un paisaje desolado y quemado, repleto de cuerpos de astartes de cuatro legiones, y al Señor de la Guerra reunido con diversos capitanes doscientos metros mas adelante. Durante el camino, su sorpresa se convirtió en horror cuando se dio cuenta de que las heridas fatales de esos astartes eran de bolter y espada sierra.

Cuando llegó a la altura del Señor de la Guerra, este ordenó a los capitanes que se apartaran y les dejaran solos. Kraal vio rostros legendarios como el de Eidolon de los Hijos del Emperador, o Kharn de los Devoradores de mundos. Advirtió la tensión en la postura corporal de todos ellos, como si estuvieran listos para entrar en combate en cualquier momento.

-Ah,Primus Kraal- dijo con una sonrisa el Señor de la Guerra-, al fin te has podido reunir con nosotros. Imagino que tendrás... Preguntas, ¿no es así?

-Solo una en realidad, mi señor. ¿Qué ha pasado aquí?

-Directo al grano, ¿eh hijo? Eso está bien. No me andaré con rodeos entonces. Una nueva era amanece para nosotros, Primus. El Emperador nos ha abandonado como a sucios perros, para convertirse en el señor carroñero de un Imperio que quiere que le trate como a un Dios. Solo nosotros podemos evitarlo, y marcharemos hacia Terra para luchar por la humanidad e impedir que el Imperio se autodestruya por culpa de un hombre con aspiraciones divinas. Por supuesto, no todos estarán de acuerdo. Hasta algunos de mis propios hijos tuvieron la desfachatez de plantarnos cara, pero no dejaremos que nada ni nadie nos detenga ahora.

Kraal cayó de rodillas al suello, llorando, con las manos en la cabeza.

-Solo quiero saber algo, hijo mío- dijo Horus poniendo la mano sobre su hombro-. ¿Cuento contigo para esta nueva era?

Kraal levantó la cabeza, con su rostro lleno de lágrimas.

-Señor... Ya le he fallado dos veces. Eso no volverá a ocurrir. Quemaré cada estandarte leal al emperador. Acabaré con cada vida que se interponga en su camino. Lucharé con mas fiereza que ningún otro guerrero. Y si hace falta, derribaré las puertas del palacio de Terra con mis propios puños.

-Puede que tengas que hacer muchas de esas cosas antes de lo que tu te crees. El Emperador ha descubierto nuestras intenciones, y ha enviado, temeroso de nuestra fuerza, un ejército enorme para destruirnos. Pero les plantaremos cara en Istvaan V.

-Mi Señor de la Guerra- dijo Kraal poniéndose en pie-, no saben lo que les espera. La Sexta compañía luchará por Horus.

El Señor de la Guerra sonrió.

-¡Lupercal!- gritó Kraal. Tenía mucho que hablar con los mandos de su compañía. No volverían a fallar a su señor."



Seguimos con las colaboraciones de nuestros compañeros de campaña en La Escalada de Horus. En esta ocasión Prime Alber nos presenta el trasfondo de su ejército de la XVI legión, los Hijos de Horus.

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