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11 feb 2014

Oleg Kuriov | Rogue Trader


"Las sacudidas que daba la cañonera siempre le recordaban sus inicios en el negocio, cómo el estómago se le volvía del revés cada vez que tenía que salir al espacio. Era divertido pensar cuanto habían cambiado las cosas, ahora, tras tantos años sin un verdadero hogar, habiendo pasado la mayor parte de sus días viajando por el vacío, llegaba a dudar que sus recuerdos correspondieran de verdad a un tiempo pasado.

El interior de la Aquila se encontraba teñido por el rojo de las luces de reentrada y las sombras se extendían por el solitario compartimiento de pasajeros mientras Kuriov observaba los asientos vacíos que le rodeaban. Se trataba solo de una reunión de rutina y la escolta no había sido necesaria, pero el primer oficial hubiese agradecido algo de compañía. Desde la muerte de Shaiorkin prefería no pasar solo demasiado tiempo, aquello le hacía ponerse melancólico. Pronto se dio cuenta de que su mirada se había quedado clavada en el asiento que solía ocupar su querido compañero, y se sorprendió al comprobar que no podía evitar la extraña sensación de que estaba más vacío que los demás.

Tratando de evitar estos lóbregos pensamientos miró por la escotilla, pero las llamas provocadas por la fricción atmosférica ocupaban todo el campo de visión, llenándolo de un increíble espectro de naranjas y azules en constante cambio que iluminaban su viejo rostro haciendo aun más profundas las arrugas acumuladas a lo largo de tantos años al servicio de la familia Jasper. Súbitamente la lanzadera llegó a la estratosfera y las llamas desaparecieron, mostrando ante sus ojos el increíble espectáculo de la superficie de Nypherion Princeps. Oleg Kuriov había visitado decenas de mundos forja antes que este pero ninguno se parecía a este.

En la oscuridad perpetua de la cara oculta del planeta su superficie brillaba con una intensa luz verde, inundando el cielo nocturno con su resplandor. Entre las enormes fábricas y los hangares del tamaño de ciudades se podían distinguir los canales entrelazados que, como si de las arterias del planeta se tratasen, surtían a cada Manufactorum con el bien más preciado de Nypherion Princeps. En su interior, con perezosa lentitud, fluía aquel líquido verde fosforescente al que llamaban Rilinium, un mineral que se había formado en las extremas condiciones gravimétricas del planeta, cuyo centro hiperdenso había tenido que ser modificado por el culto de Marte para hacerlo habitable. Aquel mineral, que se mantenía líquido gracias a las actuales condiciones creadas en Nypherion Princeps, era una de las fuentes de energía más poderosas de la galaxia, y el sistema de fábricas que cubría toda la superficie, se valía de él para cumplir con los exigentes requerimientos de producción.

Ante los ojos de Kuriov, iluminadas por el resplandor ver del Rilinuium, se extendían las cadenas de producción de blindados en pleno funcionamiento, los inmensos diques de las naves espaciales, las interminables fábricas de armamento y, a lo lejos, coronado por el emblema de la legión, los martillos cruzados rodeados de la rueda dentada, se vislumbraba la mole del sancta sanctorum de la Legio Nypheria, los guardianes del planeta. Entre todas aquellas construcciones, que parecían construidas a la escala de los dioses más que ala de los humanos, se desplazaban mecánicamente riadas de servidores modificados que realizaban sus rutinarias tareas preprogramadas.

La lanzadera giró bruscamente, buscando la zona de aterrizaje que le habían destinado, y el primero de a bordo de la resurgimiento supo que era el momento de olvidarse de la contemplación y centrarse en el objetivo de su visita.


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La penumbra del claustro del Magos Dominus Haxitanius casi no permitía diferenciar su forma encorvada y cubierta con la túnica carmesí del culto de Marte, pero cuando Kuriov pronunció el saludo protocolario las esferas lumínicas aumentaron su intensidad y el magos se irguió mostrando todo el poder de su comunión con el dios máquina. La mitad inferior de su cuerpo había sido sustituida por un sistema de dendritas que no cesaban de retorcerse como si de un nido de serpiente se tratase, sobre ella, parcialmente visible entre las aberturas de la túnica, descansaba una especie de urna en cuyo interior flotaba la materia encefálica del magos, la única parte orgánica de su cuerpo que conservaba. En el lugar que debería haber ocupado su cabeza la capucha de su vestimenta englobaba un sistema de lentes multifacetadas que sustituían a los primitivos sentidos humanos por un sistema de percepción mucha más avanzado. No parecía tener brazos, pero múltiples dendritas surgían y volvían a desaparecer entre los pliegues de su túnica, dotados de diferentes herramientas y puertos de conexión.

Haxitanius saludó al Primero de la Resurgimiento con un borboteo de lenguaje binario, consciente de que este lo entendería, ya que había leído las marcas noosféricas de las múltiples prótesis biónicas de Kuriov y era consciente de que sus implantes corticales le permitían entenderse con los servidores del Omnissiah, razón por la que sin duda había sido elegido para aquella misión:

- Saludos Maese Kuriov, bienvenido - Le saludó el Magos - ¿Me permite preguntarle por Tharen?, ¿Sigue tan brillante y díscolo como siempre?
- Su brillantez es indiscutible, Magos Dominus. Y si, sigue tan alejado de la ortodoxia de su orden como siempre.
- Sin duda ha hecho un gran trabajo con usted... al menos teniendo en cuenta los escasos medios con que cuenta, lejos de un planeta forja.

Aquella conversación trajo a su memoria a otro tecno-sacerdote al que Oleg había conocido aun mejor que a Tharen y que había sido el responsable del primero de sus implantes, su vieja pierna. Tharen había intentado convencerle de que la sustituyeran por un modelo mejorado, aburriéndole con estadísticas sin fin sobre eficiencia energética y durabilidad, pero el vínculo que sentía con aquella pierna biónica era algo que ningún sacerdote de Marte podría entender jamás.

El magos Radoliari fue durante mucho tiempo el tecno-sacerdote primaris de la corporación Jasper. Su trabajo calculando rutas para los navíos del padre de Jason, así como la optimización de los trabajos de carga y descarga orbital le había reportado inmensos beneficios a la empresa familiar, y estos siempre se lo habían agradecido haciéndole llegar los restos arqueotecnológicos que sus capitanes encontraban en sus viajes y dándole la oportunidad de unirse a sus flotas exploradoras cuando estas se adentraban en regiones poco conocidas o inhóspitas. Por supuesto, como buen adepto del Omnissiah nunca había mostrado un auténtico vínculo emocional con los Jasper, pero las acciones que marcaron el final de su vida dejaron claro que aquello solo era una apariencia.

Recordar los momentos más duros de su vida era algo realmente difícil para Kuriov, pero cuando estos le invadían sentía la necesidad de liberarlos, esperanzado en que así , algún día, podría exorcizarlos. La viveza con la que recordaba su huida de la mansión Jasper, la última vez que había visto el rostro de Angus, su jefe, pero también el mejor amigo que hubiese tenido nunca, le acompañarían durante el resto de su vida.

La familia Jasper se había visto inmersa en una conjura, una trama orquestada por la familia que rivalizaba con ella por el control de sus rutas de comercio, la corporación Genuer. Sus malas artes y la infinidad de agentes que habían ido reclutando a lo largo de los años habían puesto a la Inquisición bajo un pista falsa que les llevó directamente a los Jasper. Cuando estos recibieron el ultimátum sabían que su día había legado. El valiente Angus Jasper se había negado a admitir la rendición, consciente de que, si se entregaba, su hijo moriría junto a él. Sin dudarlo dos veces puso al niño en las manos de su mejor capitán, Kuriov, que acompañado del que había sido su Primero durante décadas, Dimitri Shaiorkin, debería buscar el modo de huir de aquella trampa y vengar su memoria.

La huida fue terrible, obligados a pisar los cadáveres de muchos de los allegados a la familia, atravesando los conductos de desagüe de la mansión y luchando por sus vidas cuando los miembros del séquito inquisitorial les salieron al paso. La hazaña era inmensa y creyeron fracasar. Víctimas del cansancio y la desorientación de la batalla se vieron acorralados, encerrados sin salida en un colector de aguas y rodeados por los fanáticos seguidores de la Inquisición. Sin embargo en aquel momento una extraña figura se recortó sobre la luz proveniente de las tuberías que llevaban hasta el colector. Una figura desgarbada dotada de múltiples brazos y cuyas extremidades brillaban con las descargas de estática que desprendía. 

El magos Radoliari se lanzó contra la masa de enemigos y comenzó a descuartizarlos sin cuartel, haciendo grandes giros con sus dendritas, aunque el enemigo era demasiado numeroso y pronto quedó claro que caería bajo el peso de la superioridad numérica. Kuriov se dispuso a lanzarse al combate para ayudar a su amigo pero este no se lo permitió. Con un gesto de las lentes que sustituían a sus ojos que Oleg no pudo evitar interpretar como una despedida, activó las bombas de fusión que cargaba en su armazón. La sangre vaporizada y las vísceras carbonizadas llenaron la estancia cuando estas hicieron explosión, acabando también con el magos, pero abriendo por fin la vía de escape para los fugitivos.

Desde entonces habían pasado más de treinta años y Jason se había hecho un hombre. Su peregrinaje les había levado por gran parte de la galaxia, buscando un sitio donde empezar de nuevo y donde el nombre Jasper no fuese conocido, hasta recalar en el sistema Olvido. Gracias a buena parte de la fortuna familiar, que sabiamente Angus había escondido lejos de las rutas de la corporación, el propio Kuriov comenzó de nuevo, trabajando para diferentes corporaciones y fagocitando alguna de ellas hasta que su propia corporación comenzó a tomar forma. Sin embargo llegó el día en el que Jason estuvo preparado para conocer la verdad, y su vida volvió a cambiar para siempre..."

Sigo con mi banda de Rogue Trader, amppliando el trasfondo y las miniaturas con las que cuento. En este caso se trata de Oleg Kuriov, el Primero de a Bordo de la nave de Jason Jasper, la Resurgimiento. Como se puede leer en el relato, este era el principal capitán de la flota comercial del padre de Jasper cuando fue eliminado por la Inquisición bajo una falsa acusación, y recibió la misión de salvar al niño y cuidarlo, de modo que se convirtió en su mentor y, con el paso de los años, en su Primero.


La miniatura es también de Reaper, aunque la original llevaba una llave inglesa en lugar de la pistola bólter, por lo que decidí que eso le daba un aspecto demasiado Steam Punk y la sustituí por el arma, que además la integraría mejor en el milenio siniestro.


En el séquito inquisitorial que voy a usar para representarlos en 40k va a ser un Inquisidor con servoarmadura y puño de combate, aunque de momento no tengo intención de usarlo en los juego de escaramuzas.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola me gusta tu trabajo es bueno enserio y me gustaria preguntarte una dud que tengo . Para tu ejercito del mechanicus que lista usaste porque yo solo conozco la de fw de la erejia de horus un saludo

Will dijo...

Hola, gracias por comentar.

Para el Mechanicum uso una mezcla de las tropas de la Herejía de Horus con el códex fan-made de la gente de Tempus Fugitives.

Me acabo de dar cuenta de que el enlace al códex que ponía en las entradas se ha caido así aque ahora publicaré una entrada para poder descargarlo y de paso explicaré un poco como hago la lista

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