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18 nov 2013

Operación Tres Reyes (Parte 3) | Achtung! Cthulhu

ATENCIÓN SPOILERS: Lo que sigue a continuación son nuestras experiencias jugando la aventura para Achtung! Cthulhu llamada "Three Kings", de modo que se recomienda a cualqueir posible jugador no seguir leyendo.

Informe del Teniente Huxley de las fuerzas especiales del ejército de su Majestad, adscrito a la Sección D, sobre las actividades llevadas a cabo en suelo checo ocupado en Julio de 1939. El presente informe es de máxima confidencialidad y su lectura solo se encuentra autorizada bajo prioridad alpha.


15/07/1939

Todos los preparativos han sido completados y nos disponemos a afrontar la fase final de nuestra misión. Los documentos redactados serán confiados a manos amigas por si no regresase del asalto ya que nuestra acción se antoja realmente complicada y nuestras posibilidades no son muchas. Escribo estas líneas tras regresar de una acción de sabotaje que esperamos nos de la ventaja que tan desesperadamente necesitamos. Mi experiencia con explosivos es muy escasa, por lo que no confío demasiado en que funcione, pero eso solo lo sabremos llegado el momento. Este primer golpe ha consistido en colocar varios cartuchos de dinamita proporcionados por los Tres Reyes, en las zonas del muro exterior que han sido reconstruidas por los alemanes y muestran un aspecto más endeble, pero pasaré a describir nuestro plan.


Como se puede intuir en esta instantánea del plano que empleamos para decidir nuestra estrategia, mientras nosotros desarrollamos una misión de infiltración, dividiremos a nuestros hombres en 3 grupos de asalto  que comenzaran a actuar al unísono en el momento que haga explosión al dinamita, que esperemos cree una gran confusión y con suerte consiga derruir parte de la muralla:

- Antes de dar comienzo el asalto, Phillips señorita Svobodova entrarán en el castillo al igual que hicieron en el día de ayer, valiéndose del trabajo de esta como enfermera. Su misión será, una vez comience el asalto, tratar de llegar hasta la muralla posterior y proporcionar una ruta de acceso al grupo de asalto número 3.
- El grupo 1 se dispondrá frente a la puerta principal, equipados con la MG42 que conseguimos de manos de los alemanes, y formado por 2m hombres. Deberán mantener a los alemanes ocupados y mirando en su dirección, avanzando solo si es posible.
- Dazoch y yo aprovecharemos ese momento para correr hacia la puerta principal, vestidos con uniformes alemanes y acompañados de un supuesto rehén. Nuestra misión es realmente peligrosa, pues trataremos de, en medio de la confusión, convencer a los mandos alemanes de que debemos llevar al rehén a la zona de calabozos, lo que nos dará, esperemos, una ruta de acceso a los laboratorios del doctor.
- El grupo 2, formado por los 10 hombres más veteranos de la resistencia, atacará la brecha abierta por los explosivos. Su misión será aguantar el mayor tiempo posible, obligando a los alemanes a usar todos los efectivos posibles en este punto.
- El grupo 3, que incluirá al padre Andrej y a Zajic, deberá introducirse sin ser visto por la muralla posetrior, valiéndose de la ayuda de Phillips. Su participación es fundamental para la misión pues será esta la ruta de escape que trataremos de usar una vez cumplidos nuestros objetivos.

Quizá estas sean las últimas líneas que puedo escribir en este informe, he dejado órdenes para que les sea enviado si algo me pasase.

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Nuestra misión ha sido llevada a cabo aun con mejores resultados de los esperados, pero los horrores que hemos contemplado, y el inmenso universo de dudas que se abre ante nosotros no nos permite sentir auténtico júbilo tras haber logrado nuestros objetivos. Seguramente aquel que lea mis líneas dude de mi cordura, pero solo deberá ver las fotos que se adjuntan a este dossier para comprobar que la razón aun no me ha abandonado. Ruego encarecidamente a mis superiores el mayor secreto para mis informes pues las verdades que hemos descubierto no deben ser divulgadas bajo ningún concepto, dejemos al mundo seguir disfrutando de la bendición de la ignorancia.

Nuestros planes empezaron de forma inmejorable, pues mis dudas sobre mi capacidad de manejar correctamente la dinamita parece que eran infundadas, ya que una inmensa explosión recorrió la muralla exterior, derrumbando gran parte de ella y eliminando a muchos de nuestros enemigos (NOTA: la tirada para ver que tal se me daba poner los explosivos la hizo le master mientras preparábamos el plan de ataque y apuntó el resultado en un papel de modo que no me lo enseñó hasta que llegó el momento de empezar el asalto, ¡y saque un 09!). Esta fue la señal que dio comienzo a nuestras acciones.

Los primeros minutos siguieron el curso que habíamos planeado, ambos ataques crearon una gran confusión en el castillo, permitiéndonos a Dazoch y a mi introducirnos según lo planeado en el patio, aunque las dificultados aparecieron cuando atravesamos la primera de las murallas interiores. Un teniendo alemán nos dio el alto y tuvimos que recurrir al engaño para convencerle de que su superior nos había enviado a llevar al rehén a la zona de calabozos. Durante un momento creímos que todo estaba perdido, pero nos permitió el paso, al parecer más preocupado por defender el perímetro que por nosotros.

Mientras tanto Phiilips trataba de contactar con le grupo 3, pero la muralla estaba ocupada por un soldado que no parecía querer abandonar su posición. Mi compañero vivió momentos duros en los que creyó que no lo conseguiría pero, aprovechando el increíble caos en el que se había convertido el castillo, eliminó al soldado con su Luger, lo que abrió la puerta a nuestra fuerza de infiltración.

La situación en el patio era incierta, y aunque el grupo 2 fue totalmente rechazado, los hombres del grupo 1 aguantaban estoicamente frente a la presión de los alemanes, eliminando a muchos de ellos en el proceso.

Sin duda le punto más difícil de nuestro camino hacia las mazmorras era la puerta que daba acceso a la ciudadela del castillo, defendida por fanáticos miembros de las SS entre los que pudimos localizar a varios oficiales. En esta ocasión parecía que deberíamos hacer uso de nuestras armas antes de lo deseado, ya que temíamos que los soldados, como los que representábamos con nuestros uniformes robados, no tuvieran acceso a esta zona restringida. Sin embargo nuestra capacidad para el engaño nos sorprendió a nosotros mismos, y tras un momento de duda, el centinela se convenció de la necesidad de que llevásemos a cabo nuestra supuesta misión cuanto antes para así poder volver a ocupar nuestros puestos en la defensa, y nos proporcionó un salvoconducto que nos llevaría hasta las mismísimas celdas.

Mi tirada para convencer al centinela de las SS
Así accedimos finalmente al edificio principal, donde, escoltados por dos soldados SS, descendimos dos pisos hasta una enorme puerta de acero guardada por un obeso y sudoroso alemán que no estaba dispuesto a dejarnos pasar. Sin embargo nuestras credenciales nos ayudaron una vez más y el guardián se dispuso a abrir la puert. este fue el momento elegido para terminar con nuestro subterfugio. Hacinados en un pequeño pasillo como estábamos, habíamos tenido la precaución de dejar delante a los tres alemanes, de modo que en cuanto abrimos fuegos con nuestros subfusiles los eliminamos sin más complicaciones.

Mientras tanto en el exterior el grupo de infiltración escalaba el muro, cuando uno de los oficiales SS localizó a Phillips y le dio el alto con su arma en la mano. Este, acorralado y tratando de no dejar avanzar más al oficial para que no descubriera la entrada del grupo 3 abrió fuego contra él, pero en esta ocasión falló. El oficial SS en cambio fue más certero y su disparo impactó en el pecho de Phillips que cayó en el suelo fulminado. La señorita Svobodova demostró un vez más su valía a continuación, pues un disparo suyo mató al oficial, tras lo que corrió a auxiliar a Phillips al que encontró aun vivo pero al borde de la muerte. Sus depuradas artes de enfermera dieron su fruto y consiguió estabilizarle aunque su situación continuaba siendo crítica.

Mientras tanto en el patio los insurrectos checos daban una autentica lección a los ejércitos del Reich, pues no solo aguantaban frente a la puerta principal, si no que consiguieron tomarla junto a la MG42 que la guardaba y comenzaron a abrir fuego contra el patio, evitando que los alemanes se les pudieran unir. En ese momento el grupo de infiltración, al mando de Zajic entró en acción y, atacándoles desde su espalda, rechazó al grupo de SS que guardaba la puerta del edificio principal, haciéndose fuertes en esa posición para cubrir nuestra retirada. En ese momento el líder checo se dio cuenta de que no sabía donde se había metido el padre Andrej...


Nuestra pesquisas en las mazmorras continuaban y atravesamos la puerta de acero, pero fuimos recibidos por el fuego de un subfusil, resguardado tras una esquina del pasillo. habíamos tenido la precaución de llevar con nosotros nuestras granadas, de modo que las usamos para eliminar este peligro y seguir adelante. Lo que encontramos fue otra puerta de acero que parecía la entrada a alguna celda comunal. Sin pensarlo dos veces, y no viendo ningún peligro en nuestro camino abrimos la puerta. Lo que encontramos al otro lado solo puede describirse como algo salido de las peores pesadillas del ser humano, y lo peor aun estaba por llegar.


Nada más abrir la puerta unas espeluznantes criaturas, formadas por restos humanos en descomposición unidos de las formas más aberrantes, se lanzaron contra nosotros. La sorpresa les permitió herirnos a los tres antes de que pusiésemos reaccionar. tan devastador fue su ataque que uno de ellos alcanzó el cuello de Oleg, el valiente partisano que nos había acompañado como rehén, prácticamente arrancando su cabeza de cuajo, con lo que el valeroso joven murió en el acto.
Aun aturdidos pero con la resolución que nos daba luchar por nuestra vida, Dazoch y yo arremetimos contra aquellas criaturas y las enviamos de vuelta al interior de la celda, cerrando la puerta tras ellos.

Antes de abrir la puerta de la celda hice una tirada de escuchar, ¡y saqué un 100!
Asustados y cubiertos por la sangre de Oleg, llegamos hasta otra puerta, la cual esta vez abrimos con cautela. L que encontramos al otro lado no fue una amenaza aunque si un horror tan grande o mayor que el que habíamos visto previamente. En su interior se hallaban las víctimas de los experimentos del doctor. Al igual que los cadáveres que habíamos recuperado se trataba de personas que habían sido sometidas a experimentos para mezclar su piel y su sangre generando aberraciones de múltiples extremidades y cabezas. Los desafortunados que aun no habían encontrado el consuelo de la muerte se encontraban allí, y no dudamos en armarlos, dispuestos a cobrarnos venganza por las espeluznantes acciones del investigador de las SS.

Como una marea de rabia y espíritu vengativo, subimos raudos las escaleras hasta la puerta que habíamos visto al bajar suponiendo que se tratase del laboratorio de tan fausto doctor. Los guardias que la vigilaban no fueron un obstáculo, cogidos por sorpresa perecieron bajo el fuego de nuestras armas, pero cuando irrumpimos en el laboratorio el doctor nos estaba esperando. Una enorme cortina nos impedía ver el fondo de la habitación y tras ella se encontraba escondido el objetivo de nuestras acciones. Abrió fuego contra mi con su pistola hiriéndome en el brazo izquierdo. Esta herida aun se está curando mientras escribo, y el dolor que me provoca me recuerda el horror que contemplamos.

Sin dudarlo descargué mi subfusil tratando de adivinar donde se encontraba el doctor, con tanta fortuna que mis disparos impactaron en él múltiples veces, librando por fin al mundo de su pérfida maldad. Acto seguido cruzamos la cortina buscando toda la información posible sobre sus experimentos, pero allí no esperaba un horror aun mayor, nos esperaba lo que parecía haber sido el objetivo final de sus investigaciones.

Se trataba de una enorme amalgama de muchos cuerpos, una especie de criatura informe pero dotada de una fuerza sobrehumana, que terminó con varios de nuestros inesperados aliados. SIn embargo ya no estábamos dispuestos a que nada se interpusiese en nuestro camino, y las ganadas que aun nos quedaban, junto al fuego concentrado de nuestras armas terminó con aquella abominación.

Ya solo nos quedaba escapar de aquel infierno. Sin embargo cuando salimos al exterior descubrimos que los hombres de Zajic se encontraban superados en número, a punto de ser rechazados por los alemanes. Nuestra aparición pareció dotarles de nuevo vigor, pues a una orden de su líder descargaron una lluvia de munición sobre los enemigos obligándoles a retroceder y dándonos un tiempo vital para ponernos a salvo con toda la información recogida. Todo parecía haber pasado, cuando el mayor de los horrores, algo que, estoy convencido, no pertenece a este mundo irrumpió para marcar nuestras vidas para siempre.

Cuando salimos del edificio parecía que estábamos acorralado, pero esta tirada decantó la escaramuza a favor de los partisanos, salvándonos
Como he comentado el padre Andrej había desaparecido, aunque algunos de nuestros hombres, en medio de la refriega, aseguraron haberle visto, acompañado de su inseparable Biblia, avanzar hacia la torre sur del castillo, en el otro extremo de la puerta principal. Creo conveniente comentar un incidente acaecido horas antes del asalto en el campamento: Un chiquillo de la zona se había colado en la cabaña del padre para robarle dicha Biblia, ya que los alemanes ofrecían una jugosa recompensa por ella. El padre se mostró muy reacio a dejar que examinásemos sus página y nunca se desprendía de ella, Creo ahora, tras los acontecimientos que narraré a continuación, que los secretos que contenía habían salido de los demenciales estudios del doctor.

Cuando ya nos disponíamos a abandonar el castillo, una inmensa explosión recorrió la zona sur del mismo, volando en mil pedazos la torre en la que se había visto al padre por última vez. Cuando el humo se disipó, toda aquella zona estaba cubierta por lo que no puedo describir más que como una enorme masa burbujeante, del mismo color que el abismo del espacio que se extendía de forma implacable, devorando el castillo a su paso. Me creerán loco, pero somos muchos los testigos de aquel horror innombrable.

Esta criatura, por llamarla de alguna forma, no paró de crecer y crecer hasta englobar toda la estructura del castillo, y a los alemanes que no pudieron escapar, con su enorme masa. Tanto es así que los propios alemanes mandaron a sus bombarderos a terminar con aquella amenaza venía Dios sabe de donde y solo Dios sabe por qué.

Desde entonces no hay día en el que no recuerde a todos lo valientes que dieron su vida aquel día, y no hay vez que cierre los ojos que no vuelva a ver aquel insulto a la voluntad divina. Solo ahora comprendo realmente mi misión en la Sección D y la importancia real que tiene. El III Reich ha demostrado su falta de escrúpulos a la hora de conseguir sus objetivos, y solo nosotros podemos impedir que sus acciones queden impunes.

1 comentarios:

Fada Joe dijo...

Grande la cronica WIll.

Como Master de la aventura decir que el ambiente facilita mucho crear escenas de comando sobre la marcha al estilo de encuentros que la hacen vibrante y dinámica.

Lo que se echa un poco en falta es que al desarrollarse "tras las líneas enemigas" como quien dice la labor típica de investigación cthuloidea en archivos, bibliotecas y de más es un poco dificil.

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