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4 ago 2012

Seleuco | Guanteletes del Infinito

"- Escuadra de exploración Pénte, reportando. Confirmación visual de las lecturas, capitán. Xenos en el cuadrante Gamma-22. El objetivo primaris aun no ha sido localizado.
- Tomen posiciones de intercepción y estén a la escucha.
- Recibido.

La fuerza de ataque que comandaba en ese momento dependía de las funciones de exploración de la X compañía para llevar a cabo su misión con la mayor celeridad posible, y los neófitos estaban respondiendo con la efectividad de un verdadero marine espacial. El estruendo que producían las orugas del Razorback sobre los escombros y la estática no eran impedimento para que los mecanismos de compensación instalados en el casco de su armadura le permitieran escuchar el informe con claridad. El interior del tanque, iluminado por las luces rojas de situación de combate mostraba un aspecto magnífico, los miembros de las escuadra Éumenes que le acompañaban representaban para él toda la gloria del poder del Emperador, pero no podía evitar sentir un atisbo de amargura cuando pensaba en cuantos hermanos de batalla tendrían que sacrificar sus vidas en el campo batalla en la contienda que se avecinaba. Un chasquido de estática en el comunicador le hizo desterrar estos pensamientos:


- Objetivo localizado.
- Recibido, inicien protocolo de ataque.
- Hermano Próxeno en vector de aproximación en 5 segundos - dijo abriendo el canal de comunicación con el crucero de ataque que permanecía en órbita.

La abigarrada e incomprensible estructura de mando de los pieles verdes incluía una innumerable cantidad de diferentes tribus pero todas tenían algo en común, estaban inestablemente unidas por el carisma y la violencia de un solo líder sin el cual esa parte de su intrincado rompecabezas se desmoronaría con facilidad. Si la acción que habían emprendido tenía éxito, las fuerzas de defensa planetaria, que se habían visto sistemáticamente masacradas desde el descenso de los orkos cobre Halicárnaso, tendrían un respiro y podrían limpiar el sector de xenos desorientados y confusos, recuperando así un terreno vital para la defensa del subcontinente. El planeta, conocido como La Puerta en el interior del Theutonicorum, era el más externo del sistema Queronea, y uno de sus puntos defensivos más importantes, cercano a las principales vías de entrada desde el Inmaterium se trataba del primer bastión que todo invasor debería superar, de modo que su caída supondría un tremendo revés para la preparación de la guerra que se cernía sobre ellos.

- Todas las escuadras convergencia alpha prioritaria.

Nuevos chasquidos de estática confirmaron la recepción de la orden. A escasos doscientos metros a su derecha se encontraba el Rhino que transportaba a la escuadra Atreides al completo mientras entre las ruinas de su flanco izquierdo se hallaba el resto de la escuadra Éumenes para proporcionar fuego de cobertura.

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Mientras avanzaba sin dejar de hacer fuego contra los enemigos sus sentidos mejorados y la capacidad de abstracción táctica acumulada después de tantas décadas de batallas, le permitían seguir siendo consciente de la situación global del ataque. La barrera de cobertura a base de cortas descargas de los bólteres de sus hermanos le estaba permitiendo acercarse al perímetro defensivo que los orkos habían establecido entorno a su campamento sin demasiados problemas. Apoyando la espalda en un parapeto cercano para darse tiempo a recargar su arma puedo ver como el Razorback que le había trasladado hasta el campo de batalla disparaba sus cañones láser sin cesar contra las endebles estructuras de los xenos, haciéndolas volar por lo aires, sin embargo esto no parecía amedrentar a sus enemigos, que llenaban los huecos en sus posiciones con rabiosos guerreros dispuestos a verter la sangre de los marines a la primera oportunidad. A su orden la escuadra de combate se alzó para seguir ganando terreno cuando el hermano que se encontraba junto a él fue alcanzado por lo que parecía el proyectil de un rudimentario lanzamisiles. No fue un impacto directo pero aun así su potencia fue suficiente para cercenar uno de los brazos del marine espacial. Pronto el apotecario se haría cargo de él y posiblemente tras varias cirugías de reconstrucción biónica volvería a pisar un campo de batalla, no era momento de lamentar sus heridas y Seleuco no dudó en seguir adelante, sabía que la escuadra Atreides se encontraba rodeando la posición para descargar su ataque contra el flanco contrario por lo que mantener la presión en este lado era fundamental. Tras lanzar sus granadas contra las barricadas orkas desenvainó su enorme espada y, blandiéndola con ambas manos, entonó el grito de guerra del capítulo para lanzarse al asalto definitivo:

- ¡Proculdubio contra Xenonem!
- ¡Thanos! - fue la respuesta de sus soldados a través del comunicador.

Notando como los proyectiles del enemigo rebotaban contra su servoarmadura pero sin frenar su carrera llegó hasta el enemigo colmado por la rabia de combate. El primer arco de su espada cercenó por la cintura a los dos orkos más cercanos, mientras el siguiente era destrozado por un tajo vertical que entrando por su hombro derecho recorrió todo su tórax hasta la axila izquierda. Ya bañado en la oscura sangre de los xenos su aspecto era temible, un ángel justiciero imparable e invencible, sin embargo la matanza no había hecho más que comenzar. Mientras los hermanos que le rodeaban terminaban con los restos de la primera línea de defensa él continuó su vertiginoso avance descargando mandobles a ambos lados. En ese instante el destello que se veía en el cielo desde hacía algunos minutos se cernió sobre sus enemigos. Una cápsula de desembarco con los colores del capítulo impactó contra el suelo a escasos metros de su posición. Cuando esta se abrió una enorme mole de acero y ceramita apareció entre el humo. El hermano Próxeno, el Dreadnoght que acompañaba a la compañía desde hacía décadas se había unido a la batalla. Con su lanzallamas incorporado  bañó la masa de orkos derritiéndolos con el promethio incandescente para a continuación arremeter contra ellos aplastándolos bajo su enorme masa.

Sin embargo el número de orkos no dejaba de crecer, parecía que las bajas sufridas solo eran una pequeña gota en el océano verde que invadía el planeta. Rodeado de enemigos el grupo de vanguardia formó un circulo defensivo con su capitán en el medio y el hermano Próxeno junto a ellos. Los orkos parecieron detenerse un momento para saborear los momentos previos a la matanza que se disponían disfrutar cuando unas cercanas detonaciones comenzaron a extender la muerte entre ellos. Los disparos de bólter de la escuadra Atreides segaban la vida de los xenos que ofrecían unos blancos inmejorables agrupados como estaban y pronto la sangre derramada se convirtió en un auténtico torrente. En medio de aquel caos de muerte su objetivo mordió finalmente el anzuelo.

Repentinamente las ruinas que se cubrían uno de los lados del perímetro defensivo orko se desplomaron en medio de una ensordecedor estruendo cuando un enorme vehículo cubierto de acero las atravesó. El arcaico tanque xeno podía considerarse una depravada versión del glorioso Land Raider y de el surgieron unos rivales mucho más dignos de las habilidades marciales de los Guanteletes del Infinito. Rodeado de su guardia de enormes orkos de piel oscura a los que ellos mismos llaman nobles apareció una inmensa criatura cubierta con una rudimentaria armadura y armada con una enorme garra mecánica, este era el momento que Seleuco había estado esperando.

Sin dudarlo un momento arremetió contra el líder enemigo mientras sus hombres se enzarzaban con su escolta. El orko detuvo su primera estocada con su garra de combate mientras emitía un gruñido que estremeció el campo de batalla. El capitán pudo ver como la energía de ambas armas chocaba y emitía un intenso destello que duró un instante, tras una cinta se separó de su rival para atacar de nuevo sin dejarle tiempo a tomar la iniciativa. El enemigo le disparaba bocajarro con una especie de pistola que solo la mente inferior de su raza podría haber creado, peor los proyectiles no eran rival para la ancestral armadura de Seleuco. El marine espacial consiguió romper la defensa del orko pero su estocada no pudo atravesar limpiamente la armadura y solo causó una herida superficial a su enemigo. Este, tratando de aprovechar el momento de duda dirigió su garra sobre el cráneo de Seleuco dispuesto a decapitarlo, pero esta emitió un terrible chasquido cuando se cerró ineficazmente en el aire. Una vez más ambos contrincantes se separaron de uevo mirándose con odio. Esta vez fue el orko quién atacó primero tratando de hacer valer su mayor tamaño. El impacto que sufrió el capitán fue estremecedor y lo propulsó varios metros en el aire, pero no perdió el equilibrio y, al tiempo que aterrizaba sobre sus piernas flexionadas se lanzó sobre el kaudillo con la espada en ristre. Este giró sobre si mismo para evitar ser empalado, pero eso era lo que Seleuco estaba esperando, con un agil giro del arma sobre su cabeza descargó una estocada sobre las piernas del orko cercenándolas y haciéndole caer. Desde el suelo, herido de muerto, su enemigo no cesaba de intentar alcanzarle con su enorme garra, pero esto duró solo unos instantes, hasta que el capitán terminó finalmente con su vida con un disparo de su bólter.

Cuando levantó la vista los restos de la fuerza orka se batían en retirada, varios de sus hombres habían caído combatiendo con los nobles pero la victoria había sido aplastante. Mientras la desorganizaba fuerza enemiga vagaba sin rumbo las cañoneras Thunderhawk los eliminaban a cientos. Esta era solo una pequeña parte de la enorme fuerza pile verde que se cernía sobre le planeta y necesitarían muchas más victorias para hacer frente a semejante amenaza, pero de momento solo quedaba recordar a los muertos y agradecer al Emperador su sabiduría."

Con las últimas miniaturas pintadas por fin los Guanteletes del Infinito tienen un ejército legal con el que jugar, de unos 600pts. Aquí podéis ver Seleuco, Capitán de la II Conpañía , Señor de la Fortaleza y Primer Cruzado del capítulo de los Guanteletes del Infinito. El pintado está más o menos a mi nivel aunque en vivo y para jugarla en mesa me parece que ha quedado resultona.

Dentro de nada comenzarán las hostilidades contra los orkos que invaden el sistema Queronea...

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