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3 ene 2012

La Guarida del Dragón Durmiente



"Cuentan las crónicas de la época en que los Altos Elfos y los Enanos se enfrentaron en la que se conocería como "La Guerra de la Barba", que en aquellos tiempos hollaba la tierra un ser de poder sin igual, un enorme dragón cuyo nombre hace tiempo cayó en el olvido y que las leyendas recuerdan como el Dragón Durmiente."
"Ambos bandos de la contienda contaban con objetos y riquezas como el mundo no ha vuelto a ver desde entonces, sus reyes eran seres magníficos, cubiertos de oro y diamantes,  portaban objetos fabricados mediante secretos que hace muchos siglos que nadie recuerda."
"Fue entonces que la avaricia de los contendientes les llevó a perder las riquezas que tanto apreciaban. Aquel poderoso dragón era además una criatura astuta y artera, y cuando puso su plan en marcha ya nade lo pudo detener"
"Bajo la apariencia de una extraña criatura humanoide, que algunos escritos recuerdan como algo similar a una serpiente, se presentó ante los monarcas prometiéndoles un ayuda que les llevaría irremediablemente a la victoria. El precio que les exigió era muy elevado, pero mediante las artes mágicas controló sus mentes y estos accedieron convencidos de sus actos."
"Cuando llegaron al lugar donde habían acordado reunirse, ellos solos, acompañados únicamente de su guardia personal, y cargados con el botín exigido, les sorprendió encontrarse con su odiado rival. Pero antes de que pudieran darse cuenta de lo que pasaba, la criatura mostró su auténtica naturaleza. Ambos reyes, desesperados, decidieron unir sus fuerzas y vengarse por el engaño, pero subestimaban el poder de su enemigo común. Este, mientras reía a pleno pulmón, acabó con la frágil defensa de los aliados haciéndose con sus inmensas riquezas y con los poderosos objetos que portaban, y se encerró en su guarida a dormir un sueño que duraría milenios"
 


"Cuando Teclis le mostró los pergaminos que tenía en sus manos al rey enano, este no podía disimular su ira. El entrometido elfo había estado explorando la biblioteca de la fortaleza durante los meses en los que había permanecido como su huésped. Su presencia no le podía resultar más nauseosa, pero era un compromiso que había adquirido con Thorgrim y no podía echarse atrás. Aquellos ajados escritos parecían contener el paradero real de algo que él creía que pertenecía únicamente al mundo de las leyendas: La Guarida del Dragón Durmiente. Si aquello era cierto esta era la oportunidad de recuperar los tesoros que le pertenecían por derecho, pero el hecho de que hubiese sido el Archimago quién hubiese descubierto el secreto en su propia casa, le producía tal enfado, que le estaba constando sobremanera mantener la compostura."
"El plan de Teclis era adentrarse en el valle señalado en las Montañas Negras acompañado de su guardia de Hoeth y del ejército de la fortaleza enana. Sin embargo, para estar más seguros, había contratado los servicios de un grupo de mercenarios Ogros. No es que le gustasen ni su olor ni su carácter, pero sabía que eran unos guerreros formidables y que necesitaba toda la ayuda con la que pudiese contar."
"El sabio elfo estaba en lo cierto, ya que cuando llegaron al valle no estaban solos. Los oídos de los Skavens están en todas partes, y sus espías vestidos de negro merodean en cada esquina, de modo que los descubrimientos de Teclis no tardaron en llegar a oídos del Consejo de los Trece. Junto a los hombres rata se encontraban los salvajes orcos y goblins dirigidos por Wurrzag, el autodenominado gran profeta verde, que sin duda se había visto atraído hacia el lugar por sus peculiares visiones premonitorias. Los servidores del Caos también se habían aliado con las fuerzas de la destrucción. Sin duda eran conscientes de que el poder contenido en la guarida del dragón daría al archimago las herramientas necesarias para contener su poder durante muchos siglos, de modo que mandaron a uno de sus esbirros, sirviente de Tzeentch, para que tejiera el destino a su antojo."



La batalla por el valle del Dragón Durmiente
Fecha: 26/12/2011.
Contendientes: Mario-Will-Fada Vs. Chete-Rubo-Hugo Mac.
Ejércitos: Ogros-Altos Elfos-Enanos Vs. Skavens-Orcos y Goblins-Guerreros del Caos.
Puntos: 7500.
Misión: Línea de Batalla.
Vencedores: Mario-Will-Fada.
Reglas especiales:
- El Dragón Durmiente: En una posición de mutuo acuerdo entre ambos bandos se deberá situar la "miniatura" del Dragón Durmiente y, bajo ella, un elemento de escenografía (Una colina por ejemplo) que represente su guarida. Al inicio del turno de cada bando se tirarán 2d6 y con un resultado de doble 1 o doble 6 el dragón se despertará. A partir de ese momento se considerará un Gran Dragón de Fuego con la regla especial movimiento aleatorio. Este se moverá en la fase de movimientos obligatorios de ambos bandos y siempre en una dirección aleatoria. Se considerará enemigo para ambos bandos.
- La guarida del dragón: el bando con más miniaturas a 6 UM o menos de la guarida al final de la batalla obtendrá 300pts de victoria adicionales.
- Traidor desenmascarado: al inicio de la batalla se prepararán 10 trozos de papel, todo ellos en blanco menos uno en el que se deberá escribir la palabra "traidor". Todos los jugadores, por turno, cogen uno de estos papeles al azar, menos en el caso del jugador de Reinos Ogros y el de Skavens que cogerán 2. El resultado de este sorteo permanece en secreto para el resto de jugadores. Si uno de ellos obtiene el papel que le nombra como traidor podrá o no hacerlo efectivo durante la partida al inicio del turno 4 del bando inicialmente enemigo, o posteriores. Si así lo hace cambiará a todos los efectos de bando. Para obtener la victoria, un bando al que se haya unido un traidor deberá eliminar todas las miniaturas del bando oponente. En caso contrario será el bando en minoría el que se alce con la victoria.




Los ejercitos se alinean para la batalla
"Teclis se situó en el centro de la línea acompañado de su fiel escolta formada por 50 miembros de la orden  de los Maestros de la Espada de Hoeth. A su izquierda se situarían los mercenarios ogros. En la zona agreste y montañosa de la derecha situaron sus máquinas de guerra los ingenieros enanos, reconfortaos por sentir el granito bajo sus pies. Frente a ellos, dos enormes formaciones de Rompehierros  y Barbaslargas cerrarían el flanco ante los Orcos y Goblins que se situaban en el otro lado del campo de batalla. El flanco opuesto del enemigo estaba ocupado por los más fanáticos adoradores de los dioses oscuros, aquellos elegidos por sus deidades para recibir sus regalos, y por las mutadas ratas del clan Moulder de los Skavens. En el centro de la línea enemiga se encontraban los guerreros sirvientes del dios de los cráneos y el grueso de la fuerza Skaven. Esta consistía en unos extraños monjes vestidos con harapientas y mohosas túnicas que empujaban un enorme artilugio que no dejaba de emitir ponzoñosos vapores, y, junto a ellos, una gigantesca horda de hombres rata al mando del vidente de su dios cornudo encaramado en una enorme campana mágica."
El despertar del dragón
“Al inicio de la contienda ambos bandos se tantearon a distancia, Teclis manejaba los vientos de magia a su antojo pero sin demasiada efectividad, y los cañones empezaban a medir distancias. Poco después la pólvora dejó su marca indeleble en el campo de batalla. Las pesadas bolas de cañón lanzadas por los Enanos terminaron con la vida del vidente Skaven y del enloquecido monje que montaba aquel extraño pebetero, destruyendo los enormes artilugios de los hombres rata en el proceso. Aun más, los ogros, dispuestos a demostrar que lo podían hacer tan bien como aquellos canijos barbudos, dispararon el cañón que llevaban montado cobre una peluda criatura de las montañas, terminando con el relicario que acompañaba a los guerreros del Caos y del que parecían brotar parte de sus poderes.”
“Mientras los gritos de júbilo recorrían la línea de batalla de la alianza del orden, un cuerno sonó a sus espaldas anunciando la llegada de una de las artimañas del enemigo. En la retaguardia de los lanceros elfos apareció un nutrido grupo de  bárbaros venidos de los desiertos helados del norte. Los ordenados lanceros elfos, mermados como estaban tras haber sufrido los efectos de la magia de los Skavens que habían desatado una horrible plaga contra ellos, se dieron la vuelta para repeler a los intrusos.  Cuando cargaron los salvajes humanos se hizo el silencio, pero antes de que pudieran descargar su rabia contra los hijos de Asur, las plateadas lanzas que estos portaban se habían cobrado las vidas de muchos humanos. Pronto, el ímpetu de la carga de los bárbaro decayó, y se vieron obligados a huir del campo de batalla, parecía que la situación mejoraba por momentos para Teclis y sus aliados.”
“Sin embargo aun deberían padecer muchas desgracias si querían alzarse victoriosos, ya que no estaban solos. Al poco tiempo de comenzar la refriega el mayor terror de ambos bandos se había hecho realidad, con un rugido que estremeció los cimientos del mundo el Dragón Durmiente cobró vida y se alzó sobre el campo de batalla. De momento nadie había recibido su furia pero esto pronto iba a cambiar.”
La lucha épica entre los ogros y los Elegidos
“Mientras tanto, en el flanco izquierdo se libraba un combate sin igual. Los Ogros, dirigidos por su déspota general y sus oficiales más cercanos luchaban sin cuartel con la élite  de los guerreros del caos. El nivel de violencia era difícil de describir, la sangre brotaba por doquier y los miembros amputados volaban por los aires. Ambos bandos sufrían innumerables bajas pero cuando finalmente se decidió la refriega solo los ogros permanecían en pié sobre una montaña de armaduras y hachas consagradas a los dioses oscuros. Ahora, frente a ellos, se encontraban las ratas gigantes de los Skavens, dirigidas por dos infames personajes Throt el inmundo y Skweel Piñataroida.”
“En el centro del campo de batalla, los Maestros de la Espada estaban impacientes por demostrar su valía, ya que los elfos estaban teniendo poco impacto en los acontecimientos. El archimago seguía sin hacer valer su superioridad arcana y parecía más un prestidigitador ocupado en mantener entretenidos a sus soldados. La élite elfa cargó contra los adoradores de Khorne, momento en que se desencadenó el desastre… ”
El dragón se abalanza sobre los elfos
“De los cielos descendió una sombra alada que fue a chocar con la retaguardia de los soldados de Hoeth. Estos, aunque terminaron fácilmente con los guerreros del Caos, se vieron enfrascados en un combate que no podían ganar, ya que el enorme Dragón devoraba y descuartizaba a los elfos sin compasión. De este modo, haciendo gala de una terrible inteligencia, los Skavens vieron su oportunidad y cargaron contra la guardia de Teclis. Los Maestros de la Espada trataron de cerrar filas sobre su general, pero fue inútil. Antes de que nadie se diera cuenta, uno de los hombres rata se había colado entre sus piernas y hundía profundamente su daga en el corazón del archimago. Descorazonados por esta pérdida, y atacados por todos los frentes, los guerreros de Ulthuan, los mejores entre los de su clase, fueron masacrados hasta que ni uno solo de ellos quedó con vida”
El fin de Teclis
 “Sin embargo este duro golpe no pareció afectar a sus aliados. En el resto del campo de batalla las fuerzas de la destrucción eran rechazadas, y la victoria parecía estar al alcance de la mano.  Mientras, los violentos ogros se desesperaban matando ratas a cientos solo para comprobar que había dos más allí donde acababan de descuartizar a una. Sin embargo finalmente, los ogros, cubiertos de sangre, se hicieron con la victoria, ahora era el momento de pensar en como cocinar tanta carne."
La lucha final de los ogros
"En el flanco opuesto reinaba una extraña calma. Los pieles verdes de Wurrzag habían permanecido a la expectativa enviando únicamente contra los enanos a los enloquecidos goblins que giraban frenéticamente agarrados a una enorme bola de hierro, y a unos extraños seres formados por dientes y músculo, salidos de las más profundas simas de las montañas, que chocaban contra el enemigo aplastándolo y devorándolo en una orgia giratoria.”
La tensa calma del flanco enano
“El sonido de los tambores y los cuernos enanos puso fin a esta calma cuando tocaron avance. Los Barbaslargas se lanzaron hacia los primitivos orcos cargados de tatuajes dispuestos a poner fin a aquello cuanto antes. A pesar de la presencia de su general estos no supusieron un rival digno de los enanos veteranos  y pronto se batieron en retirada. La batalla tocaba a su fin cuando lo orcos negros finalmente cargaron contra los Rompehierros, pero la diosa fortuna se alió con los enanos ya que en el camino de sus enemigos apareció uno de aquellos enormes  seres a los que llaman garrapatos y, cegado por el hambre y la rabia, terminó con los orcos antes de que estos supieran lo que ocurría. Cuando el gran jefe orco que los acompañaba llegó a la línea de batalla enemiga se dio cuenta de que era el único que lo había logrado, de modo que, loco de sed de sangre arremetió contra los acorados enanos para encontrar la muerte poco después”
La carga de los barbaslargas
“Las fuerzas de la destrucción habían sido prácticamente masacradas y, aunque Teclis había muerto y no quedaba un solo elfo con vida esto no parecía preocupar a los enanos que de este modo podrían explorar la guarida del dragón a sus anchas solo teniendo que repartir los beneficios con un aliado. Las cosas les habían salido extrañamente bien…”

El último orco encuentra su destino


Nota: Las reglas de traición resultaron especialmente divertidas porque, como no, fue el jugador skaven al que le tocó el papelito. Sin embargo, aunque lo desveló y a punto estuvo de cambiarse de bando, tras unas negociaciones de última hora, se echó para atrás entre las risas del personal.

2 comentarios:

Nacho Reguera dijo...

will el video es lo mejor que has hecho en años, cada vez veo mas claro el documental freak, y contigo de montador ni te digo, buenisimo lo de james horner

EddVedd dijo...

21 elegidos de Tzent con el comboooo!!!
Muahahahahha
puto HugoMac

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